Pilar Acheve: La risa como forma de diálogo con la vida
Con humor, cuerpo y verdad, la actriz transforma la risa en un camino para encontrarse, sanar y volver al presente

Pilar Acheve y como una nariz puede cambiarte la vida / Pilar Acheve

by | Oct 17, 2025 | #Manchacultura

Actriz, payasa, narradora y formadora, Pilar Acheve convierte el teatro y la risa en herramientas de transformación emocional. Desde el clown, defiende el poder de reír como una forma de presencia, honestidad y vida.

El mundo de las Artes Escénicas es un mundo maravilloso. Es un universo que te permite ver la vida desde diferentes prismas; te permite vivir todas las emociones humanas en sesenta minutos, te descuadra, te rompe en dos y te vuelve a construir.

Dice un gran Mimón de Ciudad Real que el teatro es “un acto chamánico”, y qué razón tiene.
Y es que hay artistas que encarnan ese poder transformador del teatro, y una de ellas es Pilar Acheve.

Actriz, payasa, narradora oral, formadora; aunque ella siempre acaba diciendo cuando habla de sí misma: “Yo vendo pipas, chicles y caramelos”, toda una declaración de intenciones. Así se presenta Pilar Hernández Baptista o “Acheve”, una artista que ha encontrado en el teatro y en la risa una forma de dialogar con el mundo. “Soy una apasionada por todo lo que tenga que ver con mejorar el estado emocional de la gente”, afirma. Y ese impulso vital, confiesa, “me viene de casa”.

Esta forma de ver la vida viene heredada de su madre. Una mujer valiente, a la que el devenir de la humanidad le otorgó una forma de amar la vida que pocas personas pueden entender, pero que muchos pueden compartir.

Pilar cuenta: “Yo he crecido con una madre que amaba la vida y que se comía el mundo. Eso lo tengo ahí dentro”. Su madre, que había mirado a la muerte a los ojos más de una vez y siempre le respondía con una sonrisa. Quizá por eso, en Pilar, la vida se convirtió en impulso, en misión, y en arte.

Pilar Acheve
Pilar Acheve
Pilar Acheve
Pilar Acheve

Desde pequeña se debatía entre dos caminos: “Decía que quería hacer teatro o psicología. Me decían: ‘Pues tendrás que estudiar arte dramático’. Y yo contestaba: ‘No, no, dramático no, yo teatro, pero dramático no’.” El humor la acompañaba ya entonces.

Cuando decidió dedicarse al teatro, su primera inquietud fue la desigualdad. “Me acuerdo que fui al Centro de la Mujer, me dieron unos informes y empecé a escribir un monólogo. Era una manera de levantar la voz sobre las cosas que me movían”. Ese impulso sigue intacto.

Su formación es amplia, pero su práctica es libre: “He estudiado en diferentes escuelas, tengo formación, pero hay algo que me vibra mucho que tiene que ver con lo orgánico. Hay una parte muy orgánica en la interpretación, y es lo que más me llama”.

En esa línea, el clown ocupa un lugar esencial. “Tiene mucho que ver con la vivacidad del momento. Hay unas técnicas, sí, pero tiene mucho más que ver con lo que estás viviendo y la transparencia que con Stanislavski”.

En su manera de entender el teatro, la teoría y la rebeldía se dan la mano. “Hace muchos años un profe me decía que tenías que estudiar las técnicas para luego romperlas. Yo he pasado por muchas técnicas, seguro que me quedan por explorar, pero con las que he estudiado me quedo con lo que siento que es bueno y sigo mi camino”.

Del teatro al juego: los Talleres de la Risa

Ese camino la llevó a un proyecto que aglutina todas las inquietudes no escritas de esta amante de las emociones humanas: los Talleres de la Risa: LA RISA COMO ESTRATEGIA DE VIDA. En ellos traslada ese diálogo con la vida a través del teatro y las ganas de ayudar a los demás a entender la vida con una sonrisa.

Raíces de tierra y azúcar - Cia. Alas Batientes / Pilar Acheve
Raíces de tierra y azúcar – Cia. Alas Batientes / Pilar Acheve

“El diálogo parte de la propuesta, de la invitación a cambiar la mirada, a conocerse a través de la risa. Y continúa cuando alguien acepta: ‘Ostras, pues voy a jugar’. Al final se convierte en un diálogo interno en el que yo voy introduciendo ingredientes, pero es la persona la que dialoga consigo misma: con su pasado, su presente, su futuro, sus circunstancias, pero siempre con la banda sonora del ja, ja, ja”.

Aclara que no da risoterapia en el sentido clínico. Es trabajar la risa con todos sus beneficios desde la perspectiva del teatro: “Yo no doy talleres de risoterapia. Son talleres de la risa. El fin es mejorar el estado de la gente, que integren más la risa en su vida. Hay un componente muy importante que es todo el camino que yo he hecho. Cuando trabajaba de payasa de hospital entendí la importancia de la risa en determinados entornos y circunstancias. Mis talleres, aunque el fin es mejorar el estado, tienen un componente teatral en las propuestas y dinámicas”.

Pilar asegura que pronto sacará otro proyecto llamado «La Risería», al que quedamos invitadas para «echarnos unas risas.

El cuerpo como brújula

Pilar reivindica también el derecho a reír. “Aquí te han dicho que tienes que ser un tío serio. Si sientas la cabeza, eres una persona seria. Yo no quiero ser una persona seria. Quiero estar contigo toda mi vida, pero divirtiéndome, no seria.”

Su pedagogía parte del cuerpo. “La información corre más de abajo arriba que de arriba abajo. El cuerpo tiene la sabiduría, la mente organiza. Mi propuesta es ir al cuerpo constantemente: moverlo, bailarlo, soltarlo, abrirlo a la risa. La risa tiene mucho que ver con lo orgánico, porque es en el cuerpo donde ocurre todo”.

Pilar entiende el cuerpo como una brújula emocional; un territorio donde todo comienza y donde la mente solo ordena lo que el cuerpo ya sabe.

El cuerpo como brújula / Pilar Acheve
El cuerpo como brújula / Pilar Acheve

Por eso, dice, “cuando te ríes no estás pensando ni en el pasado ni en el futuro. Estás en el presente. La idea es volver al presente para poder resetearte y vivir desde lo que hay ahora”.

Sus talleres, incluso online, buscan eso: “Estás en tu casa y estás cómoda. La pantalla te protege un poco. Y la risa se contagia igual. Empezamos progresivamente, según las capacidades de cada quien. Les propongo mandar muecas; el grupo se llena de muecas y audios de carcajadas”.

Reír como experiencia transformadora

De entre todos sus ejercicios, hay uno que le encanta: “Les propongo que cojan el teléfono cuando vayan por la calle, sin llamar a nadie, y que empiecen a descojonarse de risa. Empiezas a reír tú solo por la calle; la gente te ve, te ríes más porque te das cuenta de lo absurdo. Ese es mi favorito”.

Las historias que ha vivido en sus talleres son muchas, pero hay una que no olvida. “Una muchacha vino a un taller. Ese día les di unas narices de payaso para trabajar la parte clown. Se puso a llorar, a llorar. Cuando terminó, me miró y me dijo: ‘No sé qué has hecho, pero has cambiado mi vida’. A partir de ahí empezó a mejorar de una manera muy loca. Sigue siendo amiga mía”.

Pilar Acheve
Pilar Acheve

Una simple nariz roja se convierte, en sus manos, en un puente entre el dolor y la alegría. La risa, para Pilar, no es evasión: es revelación.

Comunidad y propósito

Pilar ha llevado sus talleres a muchos lugares y, como ella misma dice, “he trabajado con un montón de organismos, públicos y privados: asociaciones de personas con otras capacidades, con mujeres, con niños, con ancianos, e incluso con las administraciones para público general. Y lo que se genera en estos talleres me gusta mucho: se teje una comunidad. Con quien ríes te hermanas. Parece que te conoces de toda la vida cuando te has reído con alguien”.

También observa cómo la risa empieza a ganar reconocimiento. “Grandes empresas como Google o Apple dedican espacios lúdicos para que la gente tome descansos, juegue y ría, como manera de ser más creativos. La risa te hace ser más creativo: activa la zona prefrontal del cerebro, pero solo cuando ha caído el estrés y sube la dopamina y la serotonina. Te hace tomar mejores decisiones, más libres, más tranquilas”.

Pilar Acheve
Pilar Acheve

Tal vez ahí radica lo chamánico del teatro del que hablaba aquel Mimón: en esa capacidad de Pilar Acheve para convocar la risa y devolverle a la gente el poder de mirarse de nuevo.

Al final, todo vuelve a lo esencial: “La risa no tapa lo que te pasa, lo revela. Sé honesta y transparente con todo lo que te pasa, pero juega con ello. Juega, y que ese juego te sirva para poder reírte de la mayor catástrofe de tu vida”.

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