Un camino de barro con Tinta Manchega
El alma en nuestras raíces, la mirada en el futuro, y lo que nos interesa como nos gusta que nos lo cuenten

Juegos deportivos organizados por la OJE en Puertollano (Ciudad Real) en los años 60. / Fondo Los Legados de la Tierra. Archivo de la Imagen de Castilla-La Mancha

by | Oct 8, 2025 | #ATinta

Este artículo, lo escribo por cerrar. Por cerrar algo que costó tiempo, esfuerzo y emociones. Por finalizar como merece una apuesta firme de muchas personas, que decidieron creer que hacer un homenaje a nuestro deporte era posible. Que reunirlos y contar su historia, era posible. Que grabar sus nombres en tinta, era posible. Lo escribo por mí, porque creo firmemente que uno no puede empezar un proyecto nuevo con una espinita clavada.

Esta serie siempre ha tratado de ser un homenaje a las mías, a los míos. Un mensaje de amor a nuestras raíces, a nuestra cultura, a nuestro deporte, con una visión contemporánea, pero escrito con nuestro color y nuestra alma. Escrito como nos gusta a nosotros y nosotras. Escrito con nuestra Tinta Manchega.

Esta historia comenzó llevándonos a un mundo donde “no había pistas, ni gigantescas canchas cubiertas, ni zapatillas técnicas, ni personal sobretitulado”, a un mundo “Donde el barro nos llegaba a los tobillos”.

Con esta historia, aprendimos como el deporte fue el color de muchas mujeres en un mundo gris, donde se desollaban las rodillas en campos de tierra con piedras metiendo la pelota en un “cesto”, o donde, por primera vez, sonaba ese “os vamos a dar p’al pelo, Calvo Sotelo”.

Aprendimos como, aunque la memoria pueda ser frágil, los valores deportivos dejaban huella en el aula de cientos de alumnos, o como la pedagogía de un campeón se convertía en forma de vida y valores.

Pudimos ver, de la mano de un grande, como las primeras mujeres se plantaban las botas y pisaban el césped del gran “Cerrú”, y como muchos grandes nombres empezaron con olor a mancha, a tierra, y al almizcle.

Rescatamos nombres de las que corrieron para abrir camino, de los que jugaban “con lo que había”, de las que tenían el ojo en la “vaca” detrás de una portería, de una juventud que se reunía en sus “Olimpiadas Manchegas”, con la ilusión del deporte, con los valores del deporte.

Nos acercamos a los pioneros y pioneras para sentir en nuestras carnes como empezó todo. En la OJE, en la sección femenina. En el esfuerzo de unos padres, o de una docente con una motivación y lucha sin igual. Recorrimos estadios, caminos, piscinas y canchas. Recorrimos vida.

La serie acabó, sin aviso ni compasión. Sin grandes despedidas, pero con mucho corazón. Por ello, no quería perder mi oportunidad para agradecer. Agradecer a mi colaborador incansable, Javier Barba, y a la que creyó por primera vez en el proyecto, Julia Yébenes. A los fotógrafos y fotógrafas de ese “Diario de la Mancha” donde el color de la tierra quedó sobre el papel.

A Luis Pizarro y a la Peña “Míticos”, del Calvo Sotelo. A la Familia Herrera Piña, por su incansable trabajo de salvaguarda de nuestra historia. A Vicente García y a la entrenadora y gran atleta Blanca Miret, por traernos la historia de un referente de esta provincia. A los invitados que estuvieron: Charo Vera, Antonio Víctor Rivas, Marisol Martínez, Faustino Mohíno, Josefa Cano, Manolo Serrano, Paqui Gutiérrez, Rafa López, María Ángeles Valverde y Mateo Gómez Aparicio. Gracias por abrirnos la puerta a vuestros recuerdos y a vuestra historia.

No quiero irme sin recordar también a los que colaboraron, pero no llegaron a aparecer como el corredor Pablo Lozano o Emilio Villarino. También a un compañero de profesión que me quiso acercar al Manchego, y a mis compañeros que me ayudaron a sostener un proyecto así con su trabajo y pasión.

Pero el mundo ha cambiado. Ahora suenan las pistas y sueñan las gradas. La luz nos baña y las zapatillas ya no se manchan de los y las que abrieron camino. Ahora las jóvenes promesas disfrutan con su esfuerzo de todo lo que estos nombres construyeron.

Y a las nuevas generaciones les digo: Nunca olvidéis en vuestro camino de esfuerzo y superación, que hubo un comienzo. Que hubo unos nombres que os abrieron camino. Que La Mancha tuvo campeones y campeonas cuando el esfuerzo no se visualizaba por Tiktok. Nombres que se grabaron en tierra para que nosotros y nosotras podamos disfrutar de todo lo que hoy vivimos. Héroes sin capa, oros sin placa y memorias de un valor incalculable.

Recordad siempre que la memoria es frágil, y que repetir sus historias, dejar constancia, y tenerlas como referente, es el mayor acto de honor y homenaje que podemos realizar a su esfuerzo. Recordad que esta gente movió a nuestra tierra y la llevó a donde está hoy, cuando el barro nos llegaba a los tobillos.

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