Elena Mora Sanroma: Arte, valentía y comunidad
La actriz y creadora manchega combina escena y compromiso social en un recorrido donde el arte se convierte en herramienta de encuentro, reflexión y cambio.

Elena Mora Sanroma / Esther Kiras

by | Nov 5, 2025 | #Manchacultura

Entre la escena y la calle, #Tintamanchega se acerca un poco mas a Elena Mora Sanroma, una mujer auténtica en un camino de creación y valentía que une la emoción del arte con la fuerza de lo colectivo.

En el trabajo de Elena Mora Sanroma, el arte y lo social no se entienden por separado. Actriz, creadora escénica, formadora y educadora social, ha construido un recorrido en el que el teatro se convierte en una herramienta para comprender el mundo y transformarlo. Desde su compañía La Ruda Propuestas Escénicas, combina la creación artística con la intervención socio-comunitaria, impulsando proyectos que conectan la escena con las personas y los territorios.

Su mirada actual se compone de distintos prismas como la formación y la investigación teatral, el trabajo con mujeres rurales o la autoficción como espacio de libertad. En todos ellos se adivina la misma búsqueda: la de una creadora que entiende el arte como acción, encuentro y aprendizaje.

Con ‘Descalza‘, su último espectáculo que podrá verse el 7 de noviembre a las 20 horas en el Centro Social de Las Casas o el 8 de noviembre a las 20:30 horas en el Espacio Joven de Ciudad Real, Elena traza un viaje personal y colectivo hacia esa conquista de lo propio, concepto que da sentido a toda su trayectoria.

Raíces, formación y mirada personal

Elena Mora Sanroma se define a sí misma desde una multiplicidad que no teme abrazar. Su trayectoria parece moverse entre la escena y la calle, entre lo artístico y lo comunitario. Pero, como ella misma reconoce, esa diversidad no es fruto del azar, sino de una búsqueda constante por comprender el mundo y participar en él desde el arte.

Elena Mora Sanroma / #Tintamanchega
Elena Mora Sanroma / #Tintamanchega

“Me siento más identificada con unos roles que con otros, pero es verdad que me he dedicado a todo eso. Tanto a formarme y trabajar como creadora escénica y actriz, pero también en la intervención social a través de las artes escénicas, que, por otro lado, son las cosas con las que más me identifico”.

Desde 2017 dirige La Ruda Propuestas Escénicas, una compañía nacida de la colaboración y el aprendizaje colectivo:

“Aunque sea yo la cabeza más visible, siempre ha habido muchas colaboraciones de compañeras y compañeros. Tenemos ya tres montajes grandes y muchas performances e intervenciones, desde ciclos de cine feminista hasta trabajos por encargo, donde juego con la performatividad y los objetos”.

Su discurso está atravesado por la idea de moverse y seguir aprendiendo. Se considera “una tía valiente, en continua formación”, alguien que quiere “contribuir al tejido cultural y social de Ciudad Real desde la acción”.

Elena Mora Sanroma / Esther Kiras
Elena Mora Sanroma / Esther Kiras

Entre Ciudad Real y los escenarios que ha ido conquistando dentro y fuera de España, Elena se dibuja a sí misma como una artista que no separa la creación del compromiso ni la escena de la realidad cotidiana. Su raíz está en la acción, pero también en la reflexión; en un arte que, como ella misma dice, “mueve” y “motiva”, tanto a quien lo hace como a quien lo recibe.

El teatro como herramienta social y comunitaria

En la trayectoria de Elena Mora Sanroma, el teatro y la intervención social van siempre de la mano. Aunque actualmente sigue formándose, por ejemplo, en dramaturgia con Alma Vidal, su vocación escénica surgió en Sevilla, mientras estudiaba Educación Social en la Universidad Pablo de Olavide, cuando descubrió que el arte podía ser también una forma de transformación.

“La inquietud se despertó cuando vivía en Sevilla. Ya venía desde Ciudad Real haciendo cosas relacionadas con las artes escénicas, sobre todo circenses, pero hasta que no llegué a la Universidad Pablo de Olavide no comencé con el teatro”.

El detonante fue una representación de Dario Fo y Franca Rame a cargo del grupo de teatro universitario La Escalera Teatro: “Vi lo que estaban haciendo esas mujeres y lo que estaban contando con sus ocho monólogos de mujer y la belleza de lo que habían creado en una muestra de la universidad, y dije: ‘¿Esto qué es?’. Me fascinó”.

Esa experiencia la llevó a integrarse en La Escalera, donde empezó a experimentar toda la magia del teatro, a la vez que una profesora la animó a trabajar en las 3.000 Viviendas, una de las zonas más vulnerables de Sevilla. En ese escenario comenzó a trabajar el teatro comunitario con proyectos realizados con personas en riesgo, que le dejaron una huella imborrable.

Desde entonces, no ha dejado de combinar ambos ámbitos. Ha trabajado con personas con discapacidad en Danza Mobile, con colectivos migrantes en el proyecto Oasis y con jóvenes y comunidades diversas en distintas partes del mundo como Colombia o Perú.

Elena concibe la creación escénica como un proceso de investigación, un modo de formular preguntas a través de la práctica artística.

Elena Mora Sanroma / Fran Caballero
“Soy una tía valiente, en continua formación, que quiere contribuir a su entorno desde la acción” / Fran Caballero

“Me planteo los montajes como hipótesis donde parto de una pregunta inicial o de cosas que quiero conocer, y a partir de ahí empiezo a investigar y a ver qué historias nacen”.

Cada obra se convierte así en un encuentro con la comunidad, un espacio compartido donde el teatro actúa como espejo y motor.

El trabajo con mujeres rurales: Empoderamiento y comunidad

Elena habla de su experiencia con mujeres rurales en la provincia de Ciudad Real con entusiasmo y gratitud. Forma parte del proyecto Escena Rural, una iniciativa del Instituto de la Mujer desarrollada junto a la asociación Geo Alternativa, que busca visibilizar y fortalecer a las mujeres del entorno rural a través del teatro.

“Trabajo con grupos de mujeres tanto en El Robledo como en Porzuna. Buscamos detectar la discriminación múltiple que puede sufrir una mujer del entorno rural: por edad, por el lugar en el que vive, por el aislamiento social, la falta de formación o las barreras geográficas”.

El teatro se convierte en una herramienta de empoderamiento y de creación de redes. En los talleres, Elena propone ejercicios escénicos, de expresión corporal y emocional, pero sobre todo impulsa un espacio de confianza donde las mujeres puedan reconocerse y contarse.

“A través del teatro trabajamos el empoderamiento, la creación de redes, la toma de conciencia sobre lo que significa ser mujer en este mundo. Está siendo muy bonito y muy divertido. Había muchas mujeres que el primer día dijeron: ‘Yo no me voy a subir al escenario’. El primer día ya se estaban subiendo”.

El proceso, dice, es transformador para todas: “Llego con poca energía y me voy con el triple. Estamos haciendo creaciones colectivas a partir de sus historias de vida. No son temas oscuros, aunque se trabajen cosas duras; intentamos que sea muy empoderador, que descubran qué quieren contarle a su comunidad y que se lo pasen bien”.

Para Elena, las mujeres rurales son una parte esencial, y muchas veces olvidada, de la identidad manchega. Admira su sabiduría, su sentido de comunidad y su manera directa de situarse en el mundo.

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Elena Mora Sanroma / Elena Mora Sanroma
«El arte me sirve para comprender el mundo y para participar en él» / Elena Mora Sanroma

“Creo que son las grandes olvidadas de nuestra comunidad. Pero tienen una riqueza cultural que lo flipas. Cuando llegué les dije: ‘Bueno, bienvenidas’, y me contestaron: ‘Bienvenida tú, que eres la que has venido al pueblo’. Desde el primer momento te colocan en horizontalidad. Me encanta”.

Descalza: Autoficción, creación y búsqueda de libertad

Elena Mora Sanroma presenta su último espectáculo, Descalza, como una de las obras más personales y exigentes de su trayectoria. Nació casi por casualidad, a partir de una propuesta institucional, pero pronto se transformó en una investigación íntima sobre la identidad, la memoria y la libertad.

“Yo estaba escribiendo otra que ya está prácticamente escrita, pero todavía no me he atrevido a poner en escena, no he encontrado el lugar ni el espacio simbólico donde hacerlo. Era ‘Manual de instrucciones para cambiar el mundo o cómo volverse loca‘, sobre experiencias relacionadas con la salud mental. Sin embargo, surgió la oportunidad aquí, en Ciudad Real, de una pequeña propuesta que me pidieron desde Igualdad. Podría haber hecho algo muy sencillo, pero me propuse sacar otro montaje. Ya que me pongo, me pongo bien”.

Elena Mora Sanroma / Fran Caballero
Elena Mora Sanroma / Fran Caballero

Inspirada en ‘Un cuarto propio‘ de Virginia Woolf y ‘El segundo sexo‘ de Simone de Beauvoir, ‘Descalza‘ parte de una pregunta que atraviesa toda la creación de Elena: cómo construir un lugar propio desde el que poder ser. En ese recorrido, la autora explora la necesidad de conquistar espacios, físicos, simbólicos y emocionales, que permitan a las mujeres habitar su independencia y su deseo.

“La pregunta inicial es cómo me he ido construyendo a lo largo de mi vida ese espacio, ese cuarto propio del que hablaba Virginia Woolf, tanto a nivel material como simbólico, para poder ser un poco más libre”.

La obra se articula como una autoficción protagonizada por Estela, un alter ego simbólico que nace de un primer impulso de escritura casi confesional. A través de ella, Elena reinterpreta su propia historia con humor, ironía y ternura, desdibujando las fronteras entre la realidad y la invención.

“Es un espectáculo unipersonal, aunque haya participado mucha gente también ayudándome desde la creación de la dramaturgia, como las músicas originales de Jesús Arroyo (Henko) o la escenografía. Es principalmente narrativo, aunque se enmarca dentro del teatro poscontemporáneo.

Cartel de ‘Descalza’ / Elena Mora

En escena, la actriz da vida a múltiples personajes y combina distintos lenguajes: narración, performance y teatro de objetos. El resultado es un montaje que aborda temas como la pérdida, la herencia o la construcción del propio espacio vital, tratados desde la ligereza y la emoción.

En la obra, Estela, una artista que trata de hacerse un hueco en el mundo, recibe la noticia de la muerte de su padre y hereda su casa. Ese espacio, cargado de recuerdos y ausencias, se convierte en el escenario simbólico donde debe reconstruir su identidad y conquistar su propia libertad.

“Se habla de muchos temas: de un padre ausente, de una mujer intentando construirse su vida a pesar de las dificultades, pero se trata de una manera tan ligerita que los temas caen con peso, sin solemnidad. Contar desde la risa a veces es más potente que enfrentarlo de un modo solemne”.

Descalza invita al público a reflexionar sobre qué significa habitar el propio espacio, físico o emocional, y sobre la necesidad de nutrir algo más que lo material.

Lejos de los arquetipos, Elena busca mostrar la humanidad en los claroscuros de sus personajes:

“Intento que no haya héroes ni heroínas y malos muy malos. Se ven los claroscuros. La buena no es tan buena, el malo no es tan malo. Me ha gustado dar a los personajes esa humanidad, porque al final ni todos somos tan buenos ni todos somos tan malos”.

Descalza‘ es, en definitiva, una reflexión escénica sobre la vulnerabilidad, la memoria y la libertad. Pero, sobre todo, es un gesto de reconciliación con la propia historia. Por eso, cuando se le pregunta qué le diría a Estela, la respuesta de Elena llega sin titubeos. Y es imposible imaginar un cierre más hermoso para esta conversación:

Encontrarás la calma. Date tiempo para entender qué es lo que realmente significa el éxito para ti y no para lo que los demás creen que tiene que ser el éxito. Haz el amor con tu biografía. Entiende que cada quien parte de que cada persona es diferente y que tú tienes tu proceso, que es único. No te puedes comparar con nadie, ni con quien esté en mejor situación ni con quien esté peor. Conoce tu biografía y, a partir de ahí, sigue. Sigue haciéndolo, que vas por buen camino”.

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